Artículo de David Iglesias
Una sola conferencia de prensa y 578 mensajes en Twitter. Ese es el balance de comunicación de Trump desde que tomó posesión en enero, hasta el 24 de mayo. Directo, incisivo, incluso recurriendo al insulto. El magnate estadounidense rompe esquemas con sus mensajes políticamente incorrectos, que buscan llegar directamente al ciudadano, sin pasar por el “filtro” tradicional del periodista. Mensajes que reciben en su ‘timeline’ sus 30,4 millones de seguidores, y que obligan a los medios a seguir el Twitter de Trump como si se tratara del atril de la sala de prensa de la Casa Blanca.
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