- Los padres opinan que la mejor edad para comprar a sus hijos su primer smartphone es 13 años; y para que tengan perfiles en redes sociales, 15 años.
- Para los padres y madres españoles, las pantallas ofrecen a sus hijos más oportunidades que riesgos. En una escala del 1 al 5, la valoración media es 2,9.
- La mayoría de los padres piensan que, si privaran a su hijo de las pantallas durante un tiempo prolongado, les generaría aburrimiento, ansiedad o rebeldía. Al mismo tiempo, 3 de cada 4 padres creen que su hijo encontraría una actividad alternativa.
- Los padres reconocen haber oído a sus hijos o a los amigos de sus hijos decir que quieren ser youtuber (41%), gamer (37%) o influencer (27%).
El 85% de los padres afirma que para los adolescentes estar en redes sociales es importante para sentirse reconocidos y valorados. Esta es una de las conclusiones de la segunda edición del estudio “El impacto de las pantallas en la vida familiar. Los adolescentes”, realizado por empantallados.com y GAD3, con el apoyo de ‘Por un uso Love de la Tecnología’ y la Comisión Europea.
El estudio, realizado de forma cuantitativa y cualitativa en España durante el curso 2019/20, está basado en una encuesta a una muestra representativa de padres con hijos menores de 18 años y en focus groups con adolescentes y padres. A continuación, cinco claves recogen los datos más destacados:
El móvil es el rey del hogar
Los padres opinan que la mejor edad para comprar a sus hijos su primer smartphone son los 13 años. Cuando llega, eclipsa a los demás dispositivos. La televisión ya no manda sobre los contenidos, que se pueden consumir bajo demanda en el móvil. El ordenador queda relegado a las tareas escolares; la tablet está asociada a niños pequeños; y la consola, para muchos se circunscribe solo a fines de semana.
En cuanto a las redes sociales, los padres consideran que la edad adecuada para que sus hijos se abran un perfil son los 15 años. Esto supone en la práctica una contradicción con su opinión de la edad recomendada para que sus hijos tengan móvil es 13 años, puesto que para un adolescente tener un smartphone es sinónimo de estar en redes.
Las redes sociales: irrenunciables para los adolescentes
Los padres y madres creen que las redes sociales son para los adolescentes “fundamentales para sentirse reconocidos y valorados”. La valoración media de importancia es de 7,8 sobre 10. Un 85% de los padres opinan que para los adolescentes tener un perfil en redes es importante para sentirse reconocidos y valorados (un 42% dice que es muy importante).
La mayoría de los padres piensan que, si privaran a su hijo de las pantallas durante un tiempo prolongado, les generaría aburrimiento, ansiedad o rebeldía. 3 de cada 4 padres creen que su hijo encontraría una alternativa, frente a los que dicen que se encerraría en su habitación.
Mediación parental: del control a la confianza
8 de cada 10 familias aplican alguna regla sobre el uso de las pantallas. La más habitual es establecer horarios (72%); le sigue la restricción del uso en determinados lugares y momentos, como durante las comidas o la habitación (54%).
De los focus group se concluye que entre los 14 y los 15 años, explota la socialización digital de los adolescentes: lo viven como un tránsito al mundo adulto, aunque todavía se sienten muy controlados por sus padres. A partir de los 16, comienza otra etapa: los padres piensan que ya han hecho una labor educativa y optan por un modelo de confianza mutua.
Las oportunidades superan a los riesgos
Para los padres y madres españoles, las pantallas ofrecen más oportunidades que riesgos (la valoración media es 2,9 sobre 5). Les preocupa, sin embargo, la relación con desconocidos, el ciberacoso y el acceso a contenidos inadecuados.
Para encontrar información sobre cómo educar en el mundo digital, el 44% de los padres recurre a internet. Reconocen que sobre todo utilizan Google para encontrar consejos sobre algo que les preocupa de forma puntual.
Nuevas profesiones y habilidades
El protagonismo de las pantallas en la vida de los adolescentes hace que cuando se proyectan en el futuro aspiren a profesiones en las que la tecnología es el instrumento principal. Los padres afirman haber oído a sus hijos o a los amigos de sus hijos decir que quieren ser youtuber (41%), gamer (37%) o influencer (27%).
Más del 60% de los padres consideran que la mayoría de las competencias digitales deben adquirirse de forma conjunta en el entorno familiar y escolar. La ciberseguridad y la seguridad personal online son las áreas que consideran más prioritarias en la educación de sus hijos.
A modo de conclusión, el estudio recoge algunas líneas educativas en las que incidir en la educación de los adolescentes: ayudarles a cultivar una sana autoestima, promover un uso equilibrado de los dispositivos, educarles en habilidades sociales y reforzar determinados hábitos intelectuales en los que la tecnología no siempre ayuda (sentido crítico, foco, constancia…), acompañado todo de un ambiente de confianza entre padres e hijos.